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Centro Residencial
¿Para qué sirve un Centro Residencial específico al usuario?
Se define como objetivo general el facilitar y potenciar el mantenimiento de la autonomía del usuario. Si el deterioro de sus capacidades es tan grave que se produce, junto a la pérdida de independencia, la pérdida de la autonomía, el objetivo será atender a la persona con las máximas garantías de respeto y dignidad.
El modo de vida es parecido al de un hogar pero con un abordaje terapéutico en tornos a las ABVD.
La atención es 24 horas al día, todos los días del año.
Mejora y mantiene la capacidad funcional y mental mediante técnicas rehabilitadoras.
Previene el incremento de la dependencia mediante terapias y programas adecuados.
Incorpora la intervención mediante el empoderamiento para incrementar el autoestima.
Favorece las relaciones entre iguales, crea amistades y sensación de bienestar y alegría.
Al tener un gran equipo técnico detectamos rápidamente y de manera preventiva situaciones de riesgo o peligro de serlo. Favorecer las buenas relaciones entre los residentes, familiares y personal, interviniendo profesionalmente cuando se detecten conflictos.
Mantener la buena imagen en la apariencia física de las personas mayores, además de su perfecta higiene.
¿Y para el cuidador?
Disminuye la sobrecarga del cuidador.
Favorece el tiempo de dedicación al trabajo, los hijos, las amistades, el ocio, etc.
Reduce el estrés y aporta tranquilidad al saber que el usuario está atendido por profesionales.
Mejora la calidad de vida.
Favorece la relación saludable entre el CP y EA al disponer de tiempo y espacio de calidad para compartir ocio y relaciones.
El Centro Residencial establece la posibilidad de estancias temporales para favorecer el Respiro Familiar de los cuidadores.
Muchas familias no desean institucionalizar a su enfermo, y seguir ofreciendo los cuidados dentro del entorno doméstico, pero en ocasiones, precisan de un tiempo determinando para atender deberes inexcusables, o simplemente para poder contar con un tiempo de descanso y respiro de su labor como cuidadores.
Este tipo de plazas responden a esta necesidad de un tiempo limitado de internamiento, y ofrecen al cuidador la tranquilidad de que el enfermo va a estar en un entorno seguro y especializado en la atención a la enfermedad de Alzheimer.
¿Cómo hacemos esto?
Con el Enfermo de Alzheimer: existe una programación de lunes a domingo guiada y supervisada por los distintos profesionales que intervienen. A su vez, los usuarios estarán divididos en mesas de máximo 6 personas. De esta manera el EA siempre está con compañeros que se encuentran en la misma fase y características: ni mejores ni peores. Según el avance de la enfermedad se les va cambiando para mantener ese equilibrio:
Actividad cognitiva: desarrollada y guiada por psicología o por los gerocultores. Se hace oral y escrito, individual y en grupo:
Cálculo y numeración.
Orientación temporoespacial.
Hª personal y cuerpo humano.
Atención y concentración.
Ejercicios de memoria y recuerdos.
Terapia Manual.
Praxias: uso de las manos en las distintas actividades como vestirse, comer, etc.
Actividad física y fisioterápica: se realiza por fisioterapia acompañados de los gerocultores, dependiendo de la actividad. Se trata de reducir/eliminar dolor, favorecer la movilización y mantener la capacidad de andar, uso de escaleras, realizar transferencias (p. ej. cama-sillón) y mantener la coordinación y el equilibrio. Evita caídas y úlceras por presión:
Expresión corporal.
Musicoterapia y danzaterapia.
Envejecimiento activo.
Fisioterapia individual y grupal.
Entrenamiento de las actividades de la vida diaria (ABVD)
Actividades lúdicas: fomentan la autoestima, las relaciones interpersonales, divierten, motivan e ilusionan:
Huerto terapéutico.
Programa de excursiones y salidas.
Celebración de fiestas típicas.
Bingo y otros juegos similares.
Cuidados personales: son los vinculados al bienestar físico, de salud y de aspecto personal.
Control de enfermería y medicación.
Higiene y aspecto personal.
Cuidado nutricional.
Asimismo, en su habitación también se ha contemplado el carácter y nivel de socialización del usuario para acomodarlo lo más posible.
Con el cuidador/familia: existen actividades programadas para mantener la necesaria complicidad y colaboración entre Centro Residencial y Familia.
Reuniones periódicas con las familias.
Detección de necesidades y nuevos recursos.
Búsqueda de ayudas y tramitaciones.
Formación y grupos de autoayuda.
Asesoramiento y orientación.
Actividades lúdicas e intergeneracionales.
Apoyo psicológico individual y familiar.
Talleres de Relajación.
Grupos de Apoyo Psicológico.
Apoyo en seguimiento médico y terapéutico.
Amplio horario de visitas para la continua relación familia – usuario.
Espacios reservados para encuentros familiares numerosos.
¿Y quién hace todo esto?
Existe un amplio equipo que está a su entera disposición. Para el desarrollo terapéutico hay dos psicólogos, un fisioterapeuta, un enfermero y un cuerpo de gerocultores.
El plan de trabajo incluye la intervención multidisciplinar de todos los profesionales que interactúan con los usuarios.